Palabra Del Aliento Para Bendecirte Hoy

Palabras de Aliento

 

Obediente aún en lo insólito

Rod Parsley

Cristo Jesús... se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:5-8).
Dios se libera y trae la victoria cuando respondemos a su desafío.

Tal vez caractericemos a alguien diciendo que es “un cerebro”, o que tiene más desarrollado el “cerebro izquierdo”, o que es “cerebral”. Con esto estaríamos sugiriendo que su fuerte es el razonamiento, mientras las emociones cuentan poco. O tal vez digamos que alguien tiene la tendencia de vivir principalmente de sus emociones, sin pensar. Pero este tipo de separaciones es contrario al pensamiento bíblico. Pensar, sentir y decidir son cosas que se producen juntas en el corazón.
Cuando Alejandro Magno continúo sus conquistas por el mundo entonces conocido, encontró una ciudad amurallada que parecía imposible de conquistar con un contingente de soldados tan reducido como el que viajaba con él en ese tiempo. De pie ante esa fortaleza, Alejandro dio alaridos demandando ver al rey.Después de unos minutos el rey se asomó por el muro.
– ¡Ríndase! –le gritó Alejandro al rey.
– ¡¿Rendirnos?! –respondió el rey–. ¿Por qué deberíamos rendirnos ante ti? Tu pequeña tropa de hombres no puede hacernos siquiera un rasguño.
– Mira –dijo Alejandro al tiempo que sus hombres se alineaban.
La gente de aquella ciudad también se asomó al muro para ver lo que Alejandro Magno hacía. Una vez que los hombres estaban en fila, inspiró profundo y gritó:
– ¡Marchen!
Los hombres marcharon hacia adelante. Los habitantes de esa ciudad podían ver el borde de un precipicio a la distancia, pero estaban seguros de que Alejandro los detendría a tiempo. Pero no lo hizo. Un hombre, luego otro, luego otro más, marchaban hasta el borde del precipicio para encontrar la más horrible muerte. Finalmente, después de que diez hombres hubieron caído hacia la muerte, el rey gritó:
– ¡Alto!
Los hombres se detuvieron, pero continuaron mirando hacia adelante.
– Esa es la razón por la cual deben rendirse –el gran líder dijo con mucha calma.

La gente inmediatamente abrió las puertas de la ciudad y se rindieron. Ellos sabían que si la lealtad de esos soldados hacia su comandante era más grande que su temor a la muerte, nada les impediría lograr la victoria.

¿Era poderoso Alejandro Magno? Sí. Era poderoso porque sus soldados eran obedientes aún al punto de la muerte.
Pablo escribió: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:5-8).

De la misma manera que Jesús fue obediente hasta la muerte, somos llamados a obedecer hasta la muerte. Pero cuando respondemos en completa obediencia, el poder de Dios se libera y trae la victoria sobre toda arma que se levanta contra nosotros.
A veces somos llamados a hacer algo que no tiene sentido
A veces Dios demanda que hagamos algo bastante loco, que no tiene sentido para nada. Él puede decirle que venda su casa y se marche a un departamento para que pueda concentrarse en buscar su rostro. Él puede decirle que pare de hablar un mes, como me dijo a mí una vez. También puede decirle que se inscriba en un Instituto Bíblico cuando usted ya tiene un doctorado hecho.
No siempre podemos entender por qué Él nos llama a hacer lo que nos dice, pero nuestra responsabilidad es obedecer primero y hacer las preguntas luego. Parte de vivir una vida de abstinencia es actuar en obediencia sobre algo que usted no entenderá tal vez durante años.

Una vez Dios me dijo que deje de comer cierta clase de alimentos. ¿Habrá algo malo en comer eso? No. Él simplemente dijo:
– No lo comas.
Así que no lo comí. Eso continuó por varios años. Luego, cuando a mi hijo Austin le diagnosticaron el síndrome de Asperger, el doctor explicó que por la forma en que su cerebro funcionaba, él iba a tener que dejar de comer algunas comidas específicas.
Dios entonces me habló:
– Tú no lo sabías, pero es por eso que yo te dije que dejaras esa comida hace dos años. Te di dos años de anticipación para que comiences a santificarte para tener el poder y la autoridad de traer liberación sobre este problema en la vida de tu hijo.
Al poco tiempo comenzamos a experimentara la victoria sobre los hábitos alimenticios de Austin.
Por dos años obedecí a Dios sin comprender lo que Él me llamaba a hacer. Usted puede pasar el resto de su vida sin entender por qué Él lo llama a hacer algo. ¿Y sabe cómo se llama a eso? Fe.

Hasta este día todavía no he tocado esa comida. Hemos visto increíbles avances en la vida de mi hijo, pero Dios dijo:
– Una vez que él tenga su manifestación completa, entonces serás libre para hacer lo que quieras con esos alimentos.
Puedo ser honesto con usted? Por momentos mi carne lucha con lo que Dios me dice que haga, pero eso no se compara con la gloria y el poder que se ha soltado en mi vida. Y lo mismo puede ser cierto para usted si tiene el espíritu de los vencedores.